Un año más, la costumbre que obliga a las mujeres niponas a regalar chocolate a sus novios, jefes y colegas laborales por San Valentín se ha impuesto, aunque con mayores recelos que nunca y augurando una futura rebelión dulce en Japón.
El 14 de febrero es un día esperado por los hombres en Japón, pues quien más y quien menos, tiene una compañera o subordinada en el trabajo que hoy se desvivirá para hacerles llegar su “aprecio” en forma de bombones, pastelitos o caramelos de chocolate.
Se trata del “guiri-choco”, el “chocolate por compromiso” que se entrega en esta celebración importada desde Occidente.