lunes, 17 de noviembre de 2008

Arrestados por dormir en el castillo de darcula


Ni cortos ni perezosos, los cuatro turistas españoles que perpetraron la «hazaña» se plantaron en el patio de armas en busca del ataúd en el que, según la célebre novela de Bram Stoker, se supone que pasa el día el sanguinario conde.

Pero en vez del famoso vampiro las que saltaron fueron las alarmas, y luego la Policía. «Es que se nos están acabando las vacaciones -dijeron sin ruborizarse en la comisaría- y no nos quedaba tiempo para visitar el castillo en los horarios normales de apertura al público». Una multa para la muchacha y una reprimenda para los «amiguetes» puso punto final a la aventura.

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